miércoles, 27 de febrero de 2019

MULTI-TÁCTIL

En está ocasión hablaremos sobre qué es un multi-táctil, su funcionamiento, así como ejemplos y la historia de como fue evolucionando.

Es el nombre con el que se conoce a una técnica de interacción persona-computador y al hardware que la aplica. La tecnología multitáctil consiste en una pantalla táctil o touchpad que reconoce simultáneamente múltiples puntos de contacto, así como el software asociado a esta que permite interpretar dichas interacciones simultáneas.

Funcionamiento


Las pantallas tactilares pueden ser capacitivas (como con las que se equipan muchos teléfonos móviles modernos y que se accionan solamente con los dedos). También pueden estar formadas por una matriz de sensores ópticos. La característica más importante es que permiten obtener la posición de varios puntos de contacto sobre ella de manera simultánea. A menudo también permite calcular la presión o el ángulo de cada uno de los puntos de contacto de forma independiente, lo que permite hacer gestos e interactuar con varios dedos o manos de manera simultánea (de manera similar a los acordes de mouse) y proveer así de una interacción más rica a través de gestos mucho más intuitivos.

Dependiendo del tamaño del dispositivo, algunos de éstos son lo suficientemente grandes para que varios usuarios puedan utilizarlos de manera simultánea. Otro aspecto importante de esta técnica es que permite realizar zooms en la aplicación que se esté manejando con sólo usar dos dedos de una manera más directa que con otros dispositivos como el ratón o el estilo.

El iPhone supuso una revolución en el mundo de la telefonía móvil inteligente por varias razones, entre ellas, el hecho de que fue el primero y, en su momento, el único, en disponer de una pantalla con soporte multitáctil.

Habitualmente, nos referimos a la capacidad de interactuar con nuestro teléfono móvil inteligente mediante los dedos diciendo que es táctil cuando, en realidad, deberíamos afirmar que es multitáctil, ya que reconoce diversos puntos de presión simultáneamente y “entiende” acciones con dos o más dedos.

Un ejemplo de esto es la acción de hacer zoom, el popular pinch-and-zoom, mediante el cual, y con dos dedos, ampliamos lo que tenemos en pantalla.

Dicha acción hubiera sido imposible en un dispositivo con pantalla táctil de la era anterior al advenimiento del iPhone (hoy en día, cuando nos referimos a que un dispositivo tiene pantalla “táctil”, en realidad lo que queremos decir es que es multitáctil), ya que no podían reconocer más de un punto de presión simultáneamente, y menos todavía acciones con varios dedos sobre la pantalla.
A día de hoy, muchos dispositivos que cuentan con pantalla multitáctil aceptan hasta 10 puntos de toque simultáneo, y son capaces de interpretar órdenes e interacciones llevadas a cabo desde todos estos puntos.

No obstante, el uso habitual de cualquier dispositivo móvil con pantalla multitáctil se realiza con dos dedos, por lo cual dichos dispositivos acostumbran a reconocer menos dedos en pantalla, como cinco, por ejemplo.

Si bien el hardware reconoce las pulsaciones, es el software el encargado de interpretar su significado e impacto en la aplicación o, dicho de otra forma, qué es lo que debe hacer el sistema operativo a continuación.
Pese a que parece una tecnología muy nueva, en realidad las pantallas multitáctiles iniciaron su andadura en 1982 en el campo de las tabletas digitalizadoras.

Pero no fue hasta que Apple revolucionó el panorama de la telefonía móvil con el iPhone que la industria no adoptó las pantallas multitáctiles. Previamente, teclados físicos, stylus que permitían interactuar con una pantalla táctil y, como mucho, la interacción de un dedo en una pantalla táctil, era todo lo que se podía sacar de un smartphone.
La tecnología para reconocer múltiples toques e interacciones no es única. En el mercado tenemos la tecnología capacitativa, que utiliza diversos tipos de sensores, por lo que más que hablar de tecnología en singular, muchas veces nos referimos a las tecnologías capacitativas en plural.

También tenemos la tecnología resistiva, basada en la superposición de dos láminas ligeramente separadas, calculando donde se juntan por la acción de la presión táctil.

Existen otras tecnologías, aunque son mucho menos empleadas.

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